Proponiendo un enfoque feminista feminista interseccional para vincular la teoría y el activismo digital.
Por Rahel More (Universidad de Klagenfurt, Austria)
Resumen
Al abordar el capacitismo a través de las redes sociales y otros medios digitales, las activistas feministas y anticapacitistas comparten historias sobre lo que significa ser humano desde una perspectiva interseccional. Su narración es una forma de entender y teorizar el mundo. Sin embargo, las posibilidades de un activismo digital anticapacitista que narre el capacitismo dentro de debates feministas más amplios están infraexploradas.
La narración de historias como enfoque antihegemónico para teorizar el capacitismo desde una perspectiva interseccional, implementada a través de una alianza de trabajo activista-académica, contribuye a hablar de otra forma sobre la discapacidad y llama la atención sobre las perspectivas de la discapacidad en la teoría feminista.
En este artículo, propongo un enfoque interseccional feminista para narrar el capacitismo que expone las manifestaciones de ese capacitismo en sus intersecciones con el clasismo, el racismo y el sexismo a nivel estructural, identitario y de representación.
A continuación, defiendo el activismo digital en materia de discapacidad como medio para narrar el capacitismo. Proporciono ejemplos de dicha narración y describo los potenciales y principios de la narración activista digital. Aunque la creación de nuevas teorías es fundamental para el enfoque sugerido, la conexión de la teoría de la interseccionalidad con el capacitismo y la teoría feminista de la discapacidad sirve de base.
Analizo cómo la vinculación del capacitismo con la interseccionalidad refuerza la revelación del capacitismo a diferentes niveles. Por qué los estudios sobre el capacitismo deberían ampliarse a campos que van más allá de los estudios sobre la discapacidad, pero siguen estando estrechamente relacionados con el activismo sobre la discapacidad. Y cómo la teoría feminista de la discapacidad ha dado forma, hasta ahora, a los debates sobre el binarismo capacidad/discapacidad en relación con el cuerpo generizado (cuerpo marcado por el género).
La teoría hegemónica es a menudo inaccesible, y el relato como forma de comprender el mundo ofrece un enfoque de investigación que pretende facilitar la accesibilidad a la teoría. Este representa el enfoque del relato defendido por Louise G. Phillips (una mujer blanca australiana) y Tracey Bunda (una mujer aborigen Ngugi / Wakka Wakka); para ellas, el relato ofrece teorías sobre «lo que significa ser humano» (Phillips y Bunda, 2020: 10).
El relato ha sido central para los estudios feministas sobre la discapacidad, por ejemplo, en forma de escritura vital sobre la discapacidad (Mintz, 2007; Simplican, 2017) por parte de mujeres discapacitadas, que desafían las «formas estándar de concebir el cuerpo» (Mintz, 2007: 7). Las narrativas de las mujeres sobre la discapacidad y la enfermedad interrumpen las nociones hegemónicas de los cuerpos normales (normativos) y su funcionamiento, dentro y más allá de la teoría feminista.
El capacitismo se refiere a un sistema de creencias, procesos y prácticas que producen y promueven un estándar corporal humano basado en habilidades y capacidades individualizadas. Está ampliamente aceptado y profundamente arraigado en muchas sociedades construidas con base en la productividad, la competitividad y el consumismo, reforzando una división binaria entre discapacitados/capacitados (Wolbring, 2008; Campbell, 2009).
En este punto, propongo un enfoque feminista interseccional al relato del capacitismo como una forma de crear más teoría basándome en el activismo feminista digital sobre la discapacidad. Demuestro que el activismo digital es una fuente importante de contra-narración que debe ser reconocida por su potencial educativo, por ejemplo, a través de la colaboración investigadora con activistas (digitales). Un enfoque feminista interseccional al capacitismo como metodología e investigación y una teoría expone y sensibiliza sobre las manifestaciones del capacitismo en sus intersecciones con el clasismo, el racismo y el sexismo a nivel estructural, identitario/político y representativo. El relato del capacitismo puede informar a las políticas y prácticas en una variedad de ámbitos, desde el activismo hasta la representación mediática, pasando por el sistema de servicios sociales.
Un enfoque del relato como modo de investigación anti-hegemónico contribuye a «hablar de otro modo» (Campbell, 2008: 154) sobre la discapacidad y, en última instancia, es una forma de teorizar de otro modo. El continuo relato del capacitismo desde perspectivas activistas-teóricas honra su relevancia y llama la atención sobre ellas dentro de los debates feministas más amplios (Garland-Thomson, 2005).
Un enfoque feminista interseccional al relato del capacitismo
Activistas por los derechos de las personas con discapacidad y especialistas en los Estudios sobre la Discapacidad han teorizado el concepto de capacitismo como un sistema de clasificación, de valorización y opresión que afecta ampliamente a las personas con discapacidad. Recientemente, ha habido un aumento del activismo digital que pretende exponer las prácticas capacitistas, así como de debates públicos y políticos sobre la discriminación. En estos se utiliza el término capacitismo como sinónimo de discriminación por discapacidad (Kollodzieyski, 2020).
Sin embargo, el capacitismo y la discriminación por discapacidad «ofrecen comprensiones bastante diferentes del estatus de la discapacidad frente a la norma» (Campbell, 2009: 5). Es necesario hacer hincapié, continuamente, en el origen activista-teórico del concepto de capacitismo para evitar su apropiación, mientras que un mayor activismo podría beneficiarse de hacer más explícito el cambio de perspectiva que ofrece el capacitismo (desde la discapacidad hacia las nociones de lo normal como fuente de opresión) en relación con la discriminación por discapacidad.
Propongo un enfoque feminista interseccional para narrar el capacitismo que se basa en una alianza de trabajo transnacional activista-académica con el objetivo de teorizar el capacitismo de otro modo. De una forma que concrete sus efectos de poder en la vida de las mujeres con discapacidad, más allá del binarismo y el enfoque unidimensional en la corporalidad de la discapacidad.
Entrelazados con la dis/capacidad, los procesos de habilitación —«la formación de la persona habilitada» (Campbell, 2019: 153)— y sus complejidades interseccionales están en el centro de ese proyecto, con un enfoque en el activismo digital y diferentes contextos de capacitismo.
Imagino una cooperación remunerada para profundizar en las conexiones ya existentes con mujeres activistas feministas con discapacidad en diferentes países que abordan y exponen el capacitismo y empoderan a otras mujeres con discapacidad a través de su activismo (digital). En nuestro caso, la colaboración formal aún no ha comenzado, por lo que este artículo no es un producto de la alianza de trabajo propuesta, sino que provoca posibilidades para futuras investigaciones. Las preguntas que hay que hacer desde la perspectiva de un enfoque feminista interseccional al capacitismo son:
- ¿Cómo, por, para quién y con qué propósito se ha conceptualizado hasta ahora el capacitismo en la teoría, la investigación y el activismo digital, en diferentes países y contextos?
- ¿Cómo concretan el capacitismo y reconstruyen la habilitación las activistas feministas con discapacidad de diferentes países?
- ¿Cómo abordan las intersecciones de diversas formas de desequilibrio de poder, privilegio y marginación en su activismo (digital)?
- ¿Qué efectos interseccionales tiene el capacitismo sobre las mujeres en relación con el binarismo capacidad/discapacidad y más allá de un enfoque exclusivo en la corporalidad de la discapacidad (ya adquirida)?
- ¿Cómo puede un enfoque feminista interseccional revelar las condiciones de habilitación en contextos específicos?
Las respuestas a estas preguntas se pueden encontrar a través de una colaboración propuesta con activistas feministas con discapacidad, que incluye realizar una revisión exploratoria y construir un mapa conceptual (Elm y Haupt, 2019) del capacitismo en la teoría, la investigación y el activismo digital. Un mapa conceptual proporciona la base para una narración colaborativa híbrida (parcialmente online y presencial) del capacitismo con el objetivo de fomentar una mayor interacción pública aliada y activista. Por ejemplo, creando y presentando guiones gráficos digitales y viñetas escritas sobre el capacitismo y la habilitación. Una mayor interacción con otras mujeres (con discapacidad) puede tener lugar a través de grupos de discusión online con miembros (autodefinidos) de la comunidad de activistas digitales con discapacidad.
El objetivo de estos grupos de discusión es explorar a fondo el poder que ejerce el capacitismo sobre las mujeres (con discapacidad) e identificar formas en las que un enfoque feminista interseccional pueda revelar las condiciones de los procesos de habilitación y su interseccionalidad a nivel estructural, identitario y representativo (Winkler y Degele, 2010).
Un proyecto de este tipo requiere un considerable esfuerzo ético, y se deben abordar las cuestiones sobre la epistemología y la situacionalidad en la colaboración con las activistas, especialmente en lo que respecta al privilegio epistémico académico (Janes, 2016), la privacidad de los datos y las cuestiones de quién se beneficia (más) de esta investigación.
Para evitar la explotación de las activistas digitales con discapacidad que son autónomas o que no tienen puestos (por ejemplo, académicos) que les permitan dedicar esfuerzo a un proyecto de este tipo dentro de su jornada laboral, una colaboración remunerada es esencial. Desde mi propia posición de privilegio académico, debo estar atenta a las asimetrías de poder y, a pesar de enfatizar el proyecto feminista y cuestionar el binarismo capacidad/discapacidad, ser consciente de mi punto de vista y corporalidad en la producción de conocimiento.
Siguiendo a Fiona K. Campbell, que aborda la relevancia de la corporalidad capacitada/discapacitada, sigo reflexionando sobre cómo mi posicionamiento como académica blanca, capacitada, cis y, por tanto, privilegiada, «se cruza con la discapacidad y el impacto que esto puede tener en la enseñanza y la investigación» (2009: 126). Sin embargo, no intento reducir las cuestiones de posicionamiento capacidad/discapacidad al diagnóstico, sino que invierto en un diálogo productivo con las activistas (y académicas) que se identifican como personas con discapacidad y que tienen diversos orígenes. Los desafíos éticos están siempre presentes en las cuestiones del punto de vista corporal y la autoría colectiva de la narración (Phillips y Bunda, 2020). La narración como una actividad colaborativa, en contraste con la típica relación investigador-sujeto, conlleva «el riesgo de oscurecer las relaciones de poder que existen entre los narradores y los oyentes (receptores)» (Janes, 2016: 79). Como investigadora, soy consciente de este riesgo y lo reduzco asegurando la mayor transparencia posible del proceso de investigación, incluyendo los diferentes roles como investigadora académica principalmente y los roles de las colaboradoras activistas en el proyecto previsto.
Además, los desafíos relativos a las voces (in)escuchadas, las historias (socialmente) aceptadas y los modos de narrar y superar las limitaciones para comprender las historias requieren una continua autorreflexión (Krause et al., 2019). Esto puede producir problemas éticos particulares para la investigación digital/presencial, incluyendo el desdibujamiento de los límites entre los espacios públicos y privados, la accesibilidad y la desigualdad digitalizada (franzke et al., 2020).
Los marcos existentes para la ética de la investigación (offline) pueden no ser suficientes para los métodos de investigación digital, especialmente durante crisis como la pandemia del COVID-19, cuando la amplificación de la distribución de la injusticia exigió un punto de inflexión. Los nuevos enfoques para crear conocimiento deben considerar la coproducción y el trabajo creativo con las comunidades para abrazar sus tradiciones de conocimiento (Kara y Khoo, 2022). Esto debe ser reflexionado y reaccionado con las activistas feministas con discapacidad a lo largo del proceso de narración colaborativa.