Detalle de un cartel que dice: 'Stop arming Colonialism' (Basta de armar al Colonialismo).
 

Hasta que Palestina sea libre: no al lavado de la discapacidad

Por Nelly Bassily

Accede al artículo original en inglés Until Palestine is free: we must fight Israel’s settler-colonial ‘disability-washing’. Traducción no profesional realizada por ACCIUMRed para lectura personal.

Detalle de un cartel que dice: 'Stop arming Colonialism' (Basta de armar al Colonialismo).
«Stop arming colonialism» (Basta de armar al colonialismo)

Laura Jordan Jaffee escribe: «Dentro de Palestina, el colonialismo israelí depende de ‘incapacitar’ a la población palestina y, además, las tácticas empleadas para marginar y oprimir al pueblo palestino sirven para cosificar concepciones capacitistas que equiparan discapacidad con deficiencia».

Para eliminar la injusticia en materia de discapacidad arraigada en la ocupación colonial de Palestina, tenemos que comprender cómo opera el colonialismo y cómo se entrelaza con la discapacidad. El colonialismo, dondequiera que se manifieste en el mundo, siempre se caracteriza por un desequilibrio de poder hegemónico y violentamente incapacitante, en forma de violaciones, asesinatos, mutilaciones e incapacitaciones de poblaciones oprimidas. (Mientras escribo esto desde Canadá, sería negligente no señalar que Canadá también participa en esto en diferentes frentes: 1) a través de la colonización en curso de tierras indígenas no cedidas en la Isla Tortuga y el creciente número de indígenas desaparecidos y asesinados, mujeres, niñas y gente de dos espíritus 2) a través de lo que se conoce como «penetración imperial/comercial» y colonización «extractivista».

El número de la infancia asesinada en la última agresión colonial y violenta de Israel es desmesurado. «Las noches son muy aterradoras para nosotras y para nuestros hijos. En cualquier momento, tu hogar puede convertirse en tu tumba», dice la madre palestina Najwa Sheikh-Ahmad, que vive con sus 5 hijos (de 11 a 22 años) y su marido en las afueras de un campo de refugiados en el centro de la Franja de Gaza.

Según una actualización del Ministerio de Salud de Gaza del 16 de mayo de 2021, al menos 192 personas fueron asesinadas en la última semana, 58 de ellos menores. Aun en Gaza, 366 menores resultaron heridos entre los, aproximadamente, 1.200 habitantes de Gaza heridos por los bombardeos y ataques aéreos de Israel. Electronic Intifada informa de que, en un ataque a primera hora de la mañana del 16 de mayo, «varias generaciones de la familia al-Qawlaq (al menos 17 personas) fueron asesinadas. La víctima más joven, Qusay Sameh al-Qawlaq, tenía 6 meses, y la mayor era Saadiya Yousef al-Qawlaq, de 84 años». En Yaffa, los colonos israelíes prendieron fuego a una casa palestina llena de menores, hiriéndolos gravemente y, en algunos casos, desfigurándolos. Esto significa que no solo están desapareciendo de esta tierra las futuras generaciones de palestinos en la Franja de Gaza.

Si sobreviven, los niños palestinos vivirán con discapacidades físicas y psicológicas por el resto de sus vidas. Incapacidades que la ocupación sionista israelí creó a través de la guerra y la agresión, en medio de una pandemia global, obligando a detener todas las pruebas de COVID-19 después de bombardear el único laboratorio de pruebas de coronavirus en Gaza. Las vacunas también están suspendidas indefinidamente porque las vacunas se envían por tierra a través de la frontera con Gaza, pero la frontera con Israel está actualmente cerrada. Además, según las Naciones Unidas, a medida que el pueblo palestino se apiña en refugios en busca de seguridad, aumenta el riesgo de superpropagación del coronavirus.

La escritora e investigadora palestina Mariam Barghouti escribió recientemente en The Guardian: «Lo que estamos protestando ahora en las calles no es un asesinato o una incursión violenta, sino todo un régimen de opresión que destruye nuestros cuerpos, nuestros hogares, nuestras comunidades, nuestras vidas. Esperanzas, al igual que las protestas por las vidas negras que se extendieron por todo Estados Unidos el año pasado, no se centraron solo en George Floyd o Breonna Taylor o cualquier otro asesinato».

Desde el 10 de mayo de 2021, el régimen sionista israelí ha estado aterrorizando al pueblo palestino en Gaza mediante ataques aéreos. Pero aterrorizar no es una táctica nueva. El pueblo palestino ha sido desplazado, mutilado y asesinado por Israel durante los últimos 73 años, desde el 15 de mayo de 1948, día conocido como Al-Nakba. Nakba (palabra árabe que significa catástrofe), que se refiere a la limpieza ética de Palestina mediante la destrucción de más de 500 aldeas palestinas, el asesinato de 13.000 personas y el despojo y desplazamiento de 750.000 palestinos —convirtiéndolos en refugiados—, todo en un intento de borrar la Palestina histórica.

Israel no puede, por un lado, ratificar la Convención de las Naciones Unidas sobre los derechos de las personas con discapacidad y, por otro lado, mutilar e incapacitar al pueblo palestino con la brutal fuerza colonial imperialista. A esto se le llama «lavado de discapacidad». Y todo sucede con impunidad mientras la comunidad internacional de personas con discapacidad guarda silencio ante esta hipocresía. Como lo expresa la académica en Estudios de Discapacidad Helen Meekosha en su artículo Descolonizando la discapacidad: pensar y actuar globalmente. Los procesos de colonización, colonialismo y poder neocolonial han dado como resultado un gran número de personas con discapacidades en el Sur global. Gran parte de esto se relaciona con la economía global; se trata del control de los recursos. Las personas con discapacidades son ‘producidas’ por la violencia y la guerra que constantemente provoca el Norte, ya sea directa o indirectamente, en la lucha por el control de los minerales, el petróleo y otros recursos económicos; en última instancia, el control de la tierra y el mar mismos». También dice que debemos preguntarnos: «¿por qué la discapacidad y la pobreza están tan interrelacionadas en el Sur global, quién es responsable y quién se beneficia?»

La organización AlQaws for Sexual & Gender Diversity in Palestina Society (AlQaws por la Diversidad Sexual y de Género en la Sociedad Palestina) «desarrolló y popularizó el concepto de ‘pinkwashing’ para exponer cómo Israel y sus defensores usan el lenguaje de los derechos LGBTQ para distraer la atención de la opresión del pueblo palestino». Del mismo modo, la discapacidad feminista anticolonial, organizadoras y organizaciones también deben exponer los intentos de Israel de «lavar las discapacidades». Decir que se preocupan por las personas con discapacidades utilizando un marco de derechos de las personas con discapacidad en de la sociedad israelí, al tiempo que incapacitan al pueblo palestino mediante fuerza militar y el terror psicológico (en la Palestina ocupada y en la diáspora) que viven sin saber cuándo o cómo sus familiares, amigos y vecinos serán atacados. La discapacidad y el colonialismo están inextricablemente vinculados a través de la guerra, las lesiones y el desplazamiento y, como activista feminista interseccional anticolonial por la justicia de la discapacidad, creo que colectivamente tenemos el deber de denunciar este «lavado de la discapacidad».

La ilegal ocupación colonial israelí, la agresión y la guerra contra Palestina es una cuestión de la Justicia de la Discapacidad, interseccional, feminista, queer, refugiada y abolicionista. Y aprovecharé cada oportunidad para denunciarlo hasta que Palestina sea libre. Porque, como dice Angela Davis: «Palestina bajo la ocupación israelí es el peor ejemplo posible de una sociedad carcelaria».

Escribí este artículo como una invitación a las comunidades de personas con discapacidades de todo el mundo a romper su silencio sobre el «lavado de personas con discapacidad» de Israel y unirse al día de acción en solidaridad con el levantamiento y la huelga general palestinos.